Aparece el todo vale

Aparece el todo vale

Aparece el todo vale

El desespero se nota al interior de algunas de las campañas que están en contienda apostándole a la victoria y no a los ‘quince minutos de popularidad’ debido a que ya contabilizan derrotas en sus procesos anteriores.

A tan solo 9 días de las votaciones las correrías de los candidatos por barrios, son más frecuentes, la presencia en las redes son mucho más continúas y las entrevistas radiales son continúas.

La búsqueda de a los apoyos de los ciudadanos para alcanzar la elección que buscan, ese sentimiento angustiante los lleva a incurrir en una de las formas más antiguas, pero no menos inaceptables del ejercicio proselitista, como lo es la el promeserismo, esa costumbre ilegítima de prometer lo que no es posible cumplir, todo para conquistar personas, con quienes se contraen compromisos incumplibles.

Esos candidatos literalmente desbocados están ofreciendo programas sociales que acabarían con problemas históricos, en solo cuatro años, como la inseguridad, el desempleo, la informalidad y decenas de promesas que nunca van a dejar de ser ‘promesa’.

Hoy los candidatos tienen pocos frenos morales, porque lo importante es impulsar la campaña, lo que importa solamente en sumar votos, así sea de forma tan opaca.

Este delirio proselitista solamente sirve para socavar la confianza pública en el sistema político, pues cuando esas promesas no se cumplen, se genera un profundo desencanto en la sociedad, debilitando así la confianza en las instituciones democráticas. Por otra parte, estos engaños al ciudadano perpetúan la polarización, pues los discursos que apelan a las emociones en lugar de la razón, causan divisiones al interior de la sociedad, fomentan el antagonismo y hacen que el diálogo político constructivo sea casi imposible, por lo que la política deja de ser un espacio para la solución pasando a convertirse en un espacio de confrontaciones emocionales, que persisten a lo largo del mandato.

Paradójicamente, estamos viendo en esta campaña los mismos equívocos que se cometieron en las pasadas elecciones, por parte de los candidatos repitentes, lo que llevó a Víctor Vidal a ser alcalde.

Definitivamente, uno de los tres aspirantes que figura a la cabeza de las mediciones de preferencia debe ser electo como alcalde… pero si obtiene menos de 28 mil votos le será mucho más difícil de realizar un gobierno que responda a los compromisos de campaña pasando prontamente a convertirse en una disepción más y si es que culmina el periodo de gobierno.


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