Mantendremos vigente el saber histórico como arma crítica

Mantendremos vigente el saber histórico como arma crítica

Mantendremos vigente el saber histórico como arma crítica

“En Buenaventura hay muchos estancos… pero periódicos no hay más que uno”, dijo el inolvidable amigo Agustín Escandón q.e.p.d. cuando quisieron restarle méritos a la labor periodística de este medio informativo que no se ha doblegado a los mandatarios de turno y ha defendido el prestigio de la ciudad. Frase inolvidable que se recuerda con cariño a pesar que del tiempo ha transcurrido. Aquí los baladies siempre ha pretendido comprar lo que dicta el deber que es informar.

Con esta antena intelectual se rubricó en Buenaventura la dedicación de Teodomiro Calero, cuando en asocio de ciudadanos como Gilberto Moriones Payán, Gonzalo Arias Restrepo entre otros se dio al arte de escribir cuartillas contentivas de la decisión inquebrantable por destacar las necesidades perentorias de sus habitantes. Postulado que permanece inquebrantable hasta hoy, a pesar de la turbulencia de la contemporaneidad.

A él le tocó, hacer la reportería, redactar la noticia, solicitar la colaboración de los pocos que escribían en aquella época, llevar el material a Cali para su impresión en las tipografías de mayor exactitud para regresar dos días después con la edición impresa que era leído con entusiasmo por los porteños.

Se puede decir que los tiempos han ido cambiando la forma, pero el principio sigue incólume: los hechos hay que informarlos y aquí continúa El Puerto atendiendo ese compromiso, incluso, alternando sus ediciones impresas con las digitales para comunicarles a aquellos porteños de ultramar.

 

El periodismo, por principio, debe ser incómodo para quienes ejercen el gobierno, pero también con aquellos que han asumido la vocería de la sociedad civil, bajo la autoproclama de ser líderes sociales, porque son fieles al postulado de la oposición, el cual ejercen así el gobierno sea ‘amigó’.

Inevitablemente, las malas prácticas, en cualquier área en la que se desempeñe un profesional, tiene repercusiones en la sociedad. Pero en el periodismo el daño es mayor. Trabajamos con información que, actualmente, linda entre el derecho y el privilegio.

Informar sin el debido aporte investigativo nos convierte en ladrones de algo que solo estamos transportando. Pero, bien ejecutado, este trabajo es indispensable, aunque inevitablemente incómodo. Desde esta esquina mantendremos vigente el saber histórico como arma crítica que permita entender las absurdidades de los regímenes que pretende cambiar todo y que incluso, pretenden amordazar la libertad y someter a los informadores a sus postulados.


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